La risa de Carol

30 agosto, 2022
Payasos Rinconete y Cortadillo

Cuando el circo itinerante El Mago de Oz cerró su carpa para siempre, Rinconete y Cortadillo quedaron desangelados. Tras varias décadas de profesión y vida itinerante, los payasos no tuvieron más remedio que asentarse en la ciudad para ofrecer en la calle los mejores números de su repertorio. Quiso la suerte que se parara un atardecer el director del hospital infantil y sellara allí mismo un trato con los titiriteros.

—No hay mejor medicamento que la risa—sentenció el Dr. Bonachera.

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Cada mañana, la primera habitación que visitaban Rinconete y Cortadillo era la de Carol, porque aquella pequeña niña les recibía con un brillo en los ojos que ya quisieran las supernovas del firmamento. Entonces, las enfermeras procedían a retirarle los tubos, para que Carol pudiera incorporarse y colocarse la nariz de trapo que guardaba celosamente bajo la almohada. Sus carcajadas, limpias y genuinas, rompían con descaro el silencio del hospital y llegaban incluso a las cocinas del sótano por los conductos de la ventilación. Tal era la ilusión de la niña, que los dos comediantes idearon nuevos trucos de magia, chistes, malabares…Y compusieron varias canciones para ella. En la cuarta planta todo el mundo tarareaba y conocía los pasos de “Carolina es una niña muy fina”. Con los días, Carol fue adoptando los papeles de utilera, figurante y regidora, con la promesa de incorporarla como actriz principal en cuanto pudiera caminar de nuevo.

Una mañana, los payasos llamaron a la habitación de Carol y la encontraron vacía. Corrieron por los pasillos como pingüinos, arrastrando los zapatones y llamándola a gritos desesperados. En el trayecto perdieron las pelucas, los sombreros y las narices, dejando un reguero de agua tibia del color de los maquillajes. Las dos estrellas del Mago de Oz no fueron conscientes que estaban marcando el camino amarillo que conduce a la Ciudad Esmeralda.

La maestra de Carol ha invitado a Rinconete y Cortadillo a la inauguración del nuevo curso. Los niños se arremolinan en torno a los payasos con esa ilusión desenfrenada que solo cabe en la infancia. Después del segundo número, de la túnica de Cortadillo sale una niña risueña con un atisbo de color en las mejillas y unos ojos como dos luceros. Carol les sorprende con un truco de magia que deja a sus compañeros con la boca abierta. Ha nacido para la farándula, sentencia Rinconete, que sube a la niña a sus altísimos hombros para que nadie, en aquel universo, pueda perderse la viva imagen de la felicidad.      

Foto: ©Toshio Enomoto

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4 Comments

  • Reply Pedro Conesa 4 septiembre, 2022 at 10:12 am

    ¡Bienvenida y bienhallada, Rosa! Sabía yo que algo me faltaba…
    Además, el comienzo de curso viene teñido de esperanza, que buena falta nos hace. Cómo se produjo el tránsito de Carolina, del hospital al colegio, nos lo cuentas otro día. De momento, imaginaremos. Un abrazo.

  • Reply Antonio Rafal Parrilla Muñoz 4 septiembre, 2022 at 12:03 pm

    Querida Rosa: bienvenida de nuevo a esta tu casa…, la casa de la fantasía , la esperanza y el destino del camino del arco iris. Una casa común para todos los que aún mantenemos la ilusión; verdadero motor del ser humano. de dulce te ha quedado la entrada…¡¡ de dulce !!
    Un abrazo.

    • Reply Rosa María Mateos Ruiz 4 septiembre, 2022 at 1:05 pm

      La Casa de la fantasía, eso es querido Antonio. Que nunca nos abandone la ficción, saturados como estamos de realidad. Un abrazo.

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