Curiosidades de ciencia

Extinción lujuriosa

7 junio, 2015

Sabemos que los Neardentales se extinguieron hace unos 30,000 años. Estos habitantes de Europa, Asia y Oriente próximo desaparecieron por su inadaptación a los fríos glaciares. Eran fuertes, robustos, de gran corpulencia, y magníficos cazadores. Cuidaban de los ancianos e incapacitados, repartían las tareas por sexos y dominaban con destreza el fuego. A pesar de su tremenda fuerza física y habilidades, no supieron adaptarse al avance de la glaciación y sucumbieron como especie durante uno de los numerosos cambios climáticos de la historia más reciente de la Tierra.

Pues no, parece que no fue así. Los nuevos descubrimientos parecen confirmar que los Neardentales fueron víctimas del amor. En esa huida hacia latitudes más bajas se encontraron con nuestra especie, el Homo sapiens, llegando a intercambiar fluidos y cromosomas. Tras generaciones de mezclas, la genética del Homo sapiens fue dominando, a pesar de ser más canijos y endebles, y la carga genética del Neandertal fue diluyéndose como un azucarillo en el agua.

Parece ser que hemos heredado de ellos el pelo y la piel, así como algunas enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico y la diabetes. Aquellos amoríos lujuriosos del Pleistoceno han derivado en lo que ahora somos y hacemos.

Como Femme sapiens me pongo en el lugar de mis antepasadas, al ver llegar a esos fortachones con sensibilidad

…….yo también los hubiera llevado a la extinción.

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3 Comments

  • Reply qr 7 junio, 2015 at 5:42 pm

    Se extingue la fuerza,
    Pero nunca la razón,
    La inteligencia refuerza,
    Y también el corazón,
    Sin que nada se tuerza
    qr

  • Reply Benito 30 julio, 2015 at 12:30 pm

    Como homo sapiens «canijudiensis» que me considero, me alegra comprobar que los científicos, por fin, reconozcan nuestras cualidades frente a tanto «adonis» que nos rodea. Solo espero que las femme sapiens, se pongan en nuestro lugar, y también sepan apreciarlas al vernos llegar… tan canijos y sensibles…
    Un beso.

  • Reply Jose Luis 5 septiembre, 2015 at 9:30 pm

    Y yo que creo que fueron los pobres
    neanderthales los que ya no se comieron una rosca cuando sus damas altas y rubias conocieron a los canijos pero irresistibles sapiens!!!!
    Maneras de verlo!!!!
    A la ciencia por la risa!!!!
    Jajajaja

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