Curiosidades de ciencia

La escocesa de las Highlands

6 mayo, 2016

(Continuación de Despedida británica)

Este paseo en solitario frente al mar ofrece la intimidad necesaria para volver atrás en la memoria del pasado y regresar al presente con los pensamientos limpios y ordenados. Los acantilados de Devon me trasladan a Escocia, hacia esas desnudas tierras septentrionales donde me forjé como una mujer indómita y práctica. Debo reconocer que el paisaje de la infancia me hizo muy terrenal: carezco de pensamientos abstractos y soy completamente negada para lo teórico. En resumidas cuentas creo más bien en pocas cosas y, en las que creo, no hago doctrina de ellas. A pesar de tales carencias he dedicado mi vida profesional a la literatura, al arte de dar sonido a las palabras, y he procurado que mis alumnos se emocionen con la prosa y el verso de los escritores más grandes. Hace escasos meses decidí mi retiro definitivo de la docencia; unos sensibles padres se quejaron por escrito del daño que producían los textos de Dickens en sus hijos adolescentes. No podían afrontar descripciones tan explícitas de la miseria. Lo vi claro: Si Dickens no está, yo tampoco.

Evito a esas inglesas con conciencia de clase que siempre hablan de sus vidas en plural, como si fueran un apéndice de sus maridos. La carrera científica del mío y su pasional dedicación a la medicina han favorecido, colateralmente, que yo desarrolle un gran sentimiento de libertad interior. Una reconoce que un hombre la ama de verdad cuando percibe que no es necesario darle ningún tipo de explicaciones; y a la inversa. Ese valor máximo que hay que otorgar a la individualidad es la base de cualquier convivencia.

Si bien es cierto que durante algunos años me alejé de mi carrera docente para acompañarle en sus largas estancias, gracias a esas experiencias fuera de la patria me fui volviendo cada vez más flexible y tolerante. Paradójicamente, gané mayor confianza y seguridad al alejarme del espacio de confort que representa el hogar propio; lo cual tiene poco mérito, ya que siempre tuve la garantía de volver. Este «vagamundeo» me ha permitido, no solo percibir las diferentes culturas sin prejuicios y recelos, sino traerme de cada lugar un puñado de amigos que le recuerdan a una que las fronteras únicamente existen en los mapas.

Mi marido tiene una verdadera obsesión por los datos y su interpretación. Cuando nació nuestro hijo Andrew, pocas semanas antes de la fecha prevista, se trajo una balanza de la Universidad para pesar al bebé. Cada 12 horas exactas, estuviera el niño dormido o despierto, le ataba un arnés por la cintura y procedía a registrar su peso en unas curvas que él mismo había diseñado. Lo mismo hacía con mi tensión arterial. A las dos semanas de aquello le lancé un ultimátum: o la balanza o yo. En más de una ocasión he tenido que plantarme ante su afán por llevar el método científico a cualquier extensión de nuestra convivencia. Como contrapartida a sus extravagancias, aprecio su sarcasmo y encuentro muy sano la capacidad que tiene de airear con humor sus propios defectos. Tras recibir el Nobel ha rehusado de todo tipo de honores y cargos honoríficos que, según él, alimentan únicamente la vanidad. No sólo conserva ese viejo sombrero de su padre, sino el orgullo secreto de no tener que agradecer nada a nadie. La renuncia a ciertos beneficios y privilegios es el alto precio que hay que pagar por mantener y ejercer la libertad.

Desde que hemos arreglado esta casita en la vieja granja de mis suegros, el mar regula nuestro horario y vamos al compás de la marea. Tras el paseo de la bajamar, él escribe sus artículos y yo me dedico a la traducción. La parte más intima de un país se conoce a través de sus libros y nada me parece más fascinante que encontrar en mi propia lengua la manera de expresar los giros que se realizan en otra. En esta vida oceánica ambos hemos redescubierto el placer por lo sutil, como un par de viejos caballitos de mar.

Las chicas y Andrew llegaron ayer desde Londres. Sus tres hijas de la ciencia, como él las llama, le han ayudado en la cocina y han compartido horas de conversación sobre sus trabajos y avances científicos. Están consiguiendo grandes éxitos en niñas afectadas con el Síndrome de Rett, una extraña enfermedad que limita la coordinación motora y retrasa la adquisición del lenguaje. Nuestro hijo, que renegó de la medicina desde bien pequeño, les escucha con atención y he venido observando que busca la mirada de Jyoti en cada comentario. Hacen una bonita pareja de colores. A mi edad, me puedo permitir el papel de alcahueta y hacerme la tonta sin despertar sospecha alguna, así que les he encomendado una serie de tareas conjuntas para que vayan rompiendo la timidez.

Mira por dónde les veo alejarse al otro extremo del acantilado. Confío que no la aturulle con sus disertaciones sobre los agujeros negros. Puede ser tan pesado o más que el padre. Observo que mi hijo le coloca el sari con ternura, revuelto por el viento, y deja las manos posadas en sus hombros.

Ahora es el momento de buscar ese cigarrillo que guardo en el bolsillo del abrigo para los momentos especiales, y dejar que el mundo siga girando.

© Fotografía: B. Anthony Stewart

Nota de la autora: Un comentario dejado por un lector en la entrada de «Despedida británica» me animó a alimentar su curiosidad sobre este singular personaje. Ahora ya conocen a su mujer, y dejo una posible historia de amor abierta en el horizonte. Puede que se abra una saga de relatos enlazados. Me encantaría que me ayudaran a reconducir la historia con ideas y personajes. Ya saben que suelo perderme por misteriosos derroteros.

Este blog no es solo de quien lo escribe, también de quien lo lee.

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14 Comments

  • Reply kiko 9 mayo, 2016 at 8:27 am

    Cada vez escribes mejor!!!! Besos, hermanita

    • Reply Rosa Mateos 9 mayo, 2016 at 12:01 pm

      Si eres tú el literato de la familia!!!!!

  • Reply Paco 9 mayo, 2016 at 9:35 am

    Cada vez que llega el aviso de una nueva entrada nos paralizas durante un ratillo el mundo real. Y lo mejor es que la lectura nunca nos defrauda. Un beso!

    • Reply Rosa Mateos 9 mayo, 2016 at 12:00 pm

      Muy gratificantes tus palabras, que animan a seguir dando la tabarra. Está bien que se pare el mundo por unos minutos.
      Un abrazo,
      Rosa

  • Reply HOMO SAPIENS "CANIJUDIENSIS" 11 mayo, 2016 at 10:36 am

    Estimada bloguera y más que notable narradora; en los primeros párrafos de su relato describe la experiencia vital de una mujer escocesa doblemente virtuosa. Primero por haber sabido, sin renunciar a sus propios ideales, compartir su vida con alguien totalmente entregado y enamorado de su exitoso y fructífero trabajo; y en segundo lugar por reconocer y agradecerle la posibilidad de haber podido desarrollar su propia parcela o sentimiento de libertad interior.
    No puedo estar más de acuerdo con usted: “Una reconoce que un hombre la ama de verdad cuando percibe que no es necesario darle ningún tipo de explicaciones; y a la inversa”. Cierto, pero para que dicha individualidad sea verdadera argamasa de convivencia debe ser biunívoca, es decir, que existe o se establece una correspondencia entre dos seres que, además de ser unívoca: que se predica entre dos individuos con la misma significación, es recíproca: que a cada parcela de sentimiento de libertad de uno le corresponda, sin ambigüedad, una del otro.
    Al igual que a la pareja de tortolitos del relato, dejémonos mecer por el placer de lo sutil y no permitamos que las vanidades propias de la condición humana, por motivo de quítame allá esos egos, nos malogren esta romántica historia de amor conyugal.
    Cambiando de tercio, arte literario en el que usted es una consumada experta, y tomándole literalmente la palabra en la propuesta que nos hace de reconducir esta historia con nuevas ideas y personajes, sin duda habría que remontarse a la legendaria teleserie brasileña de “Dona Beiga”, o la más cercana y reciente de “La Señora” para poder tomar inspiración de por dónde deberían dirigirse los derroteros del elenco de personajes que nos va presentando en esta especie de “blogui-novela”, al más puro estilo de tele-serie venezolana, iniciada con este par de relatos encadenados. (Perdón por el palabro y por, según preconizan los actuales cánones de declaraciones políticas relacionadas con el tema, la insinuación de posible financiación ilegal de sus enredos literarios por parte de cierto gobierno bolivariano).
    Per la meva part dir-li que sí que podem ajudar-li, i encara més, l’animem a continuar amb aquesta saga literària.
    El més enamorat dels seus lectors…
    PD. Me permito advertirle que tenga cuidado; pues he observado en algunos de sus últimos relatos ciertas citas tales como: “Ahora es el momento de buscar ese cigarrillo que guardo en el bolsillo…”, o esta otra: “Un buen trago de whisky al acostarse no es muy científico, pero ayuda.” , en las que expone usted una incorrección política tan insultante que hasta los menos sensibles de sus lectores podrían sentirse heridos por tener que afrontar descripciones tan explícitas de las miserias humanas…Ya se sabe, nunca permitas que la realidad perturbe tu particular percepción del mundo real.

  • Reply Rosa María Mateos Ruiz 11 mayo, 2016 at 2:49 pm

    Querido lector,
    Comenzaré por el final. Ante el escenario político que estamos presenciando, ¡viva el whisky y el Malboro! y lo políticamente incorrecto. Miedo me dan los que no se dan un placer de vez en cuando.
    Segundo: lo que usted me propone es una novela tipo «Corín Tellado». No tengo ese arte, pero intentaremos darle gracia a los amoríos, ya veremos.
    Primero: Indudablemente la correspondencia ha de tener dos sentidos; de lo contrario es una tiranía en la pareja. La escocesa lo deja bien claro; no es mujer de andarse con tapujos.

    Gracias por hacerme siempre pensar y estar» al quite»
    R

    • Reply HOMO SAPIENS "CANIJUDIENSIS" 11 mayo, 2016 at 5:03 pm

      Nada más lejos de mis intenciones el que sus relatos deriven en superfluos folletines románticos de baratillo, sea lo que sea lo que esto signifique. Lamento que en este caso no haya captado la sutileza de mi exposición y lo haya entendido al modo “Sheldon Cooper”: interpretación literal del lenguaje que dificulta entender bromas de doble sentido. Cualquiera de los asiduos lectores de los amenos, sugerentes, emotivos y didácticos relatos de su blog damos por sentado que su elaborado y depurado estilo literario no pretende compararse con el de Corín Tellado; que, según la Wikipedia, es la autora más vendida en idioma español (Libro Guinness de los Récords 1994) y que ya en 1964 la UNESCO la había declarado la escritora española más leída después de Miguel de Cervantes.
      Me sigue ahora o se ha quedado tan patidifusa como yo?
      Prego disculpi la gosadia de continuar amb la broma. Seu atentament…

      • Reply Rosa Mateos 12 mayo, 2016 at 12:25 pm

        Corín Tellado era una gran dama, la mujer más prolífica de la literatura española. En sus más de 5000 novelas de amor dejó un estilo propio y cuidó del lenguaje al detalle. Los folletines también pueden tener clase, como ella demostró.
        ….Ya quisiera yo

  • Reply Antonio Rafael Parrilla Muñoz 25 mayo, 2016 at 1:50 pm

    Mi preciada señor Mateos.:
    De entrada le comunico que soy un novato en este arte de escribir, pues me he dedicado al mismo solo hace un año y medio. Pero sí estoy descubriendo, que si quiero aprender el citado arte, debo de ser sincero conmigo mismo y con los demas; dicho esto, paso a comentarle mis impresiones.- Coincido plenamente en su comentario sobre el valor de la individualidad, la cual es mucho más acusada en los que se dedican al arte que pretendo aprender. Tambien comparto lo dicho con respecto a no hacer doctrina de las cosas, muy dificil en estos tiempos. Mi «pero» a su escrito, magnificamente presentado , ojalá llegue algún dia a escribir tecnicamente como Vd., mi apreciación y repito, se refiere a que encuentro poca poesia en su prosa y mecrea un choque en mi peronanidad de novicio en este arte , o quizas dependerá del escrito al cual se quiere el autor referir; será que carezco de más información y lo veo como algo rigido, como muy practico.
    Si algo le ha podido molestar, le ruego me disculpe. Gracias por su atención y un cordial saludo.

    • Reply Rosa 25 mayo, 2016 at 3:15 pm

      Apreciado lector:

      No solo agradezco su sinceridad, sino que la valoro enormemente.
      Sólo decirle que yo también soy una novicia, que aprendo poco a poco con la práctica. Quizás tenga usted razón, y hace falta más poesía en mi prosa. Tomo buena nota de ello.
      También es cierto que la personalidad de esta inglesa que presento se presta a pocas florituras, y hace del «practicismo» su religión. Le invito a leer otra entrada del blog titulada «Orgasmo en Mi bemol» , que quizás ofrece mayor dosis de poesía y sensibilidad.
      Muy agradecida de corazón,
      Rosa,

      • Reply Antonio Rafael Parrilla Muñoz 25 mayo, 2016 at 8:45 pm

        Mi apreciada amiga:
        En primer lugar, pido perdon por ser tran atrevido. Seguidamente y puesto que he aceptado amistad (por FB) y dado que tengo más de 70 años , rogarle nos tuteemos, si entra en su aceptación. Y por supuesto que ahora mismo visito y leo su propuesta de nueva lectura.
        Un saludo afectuoso.
        Antonio.

  • Reply Rosa 25 mayo, 2016 at 8:54 pm

    Querido Antonio:
    Es un placer tenerte de amigo y, sin duda alguna, siéntete libre de comentar todo lo que consideres. Tus comentarios son para mi un aprendizaje.
    Gracias,
    Rosa

  • Reply Yiyo 24 junio, 2016 at 6:27 pm

    Llego con retraso en el tiempo a disfrutar de este nuevo relato, que leo en mi primeras horas de vacaciones. Se que el encontrarme en este dulce momento y la certeza de que pronto también disfrutaré de la autora influyen al retomar estos encuentros de blog. Cuando he terminado de leer, he vuelto a mi y tengo varias certezas. Me he transportado allí y he visto a esta escocesa paseando y hablando sola por los acantilados, sus reflexiones han activado las mías, al igual que sus emociones, y cuando me he quedado sin relato queria más, y todo esto que me ha pasado es grande y hermoso. Gracias
    Al margen puedo matizar, por eso del sano debate, que cuesta en la individualidad máxima encontrar la pasión que de vez en cuando se agarra a la dependencia, y es que la pasión me parece algo grande…….y puestos a beber y fumar como nos peroné la autora……elijo un poco de pasión aunque tenga sus ataduras.
    Besos

    • Reply Rosa 29 junio, 2016 at 12:04 pm

      Pues si las ataduras traen la pasión, retomemos eso tan español de !viva las cadenas»

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