Intente nombrar la nada, el vacío, aquello que no existe. Imagine cómo representar la ausencia. Piense ahora en un número que no sirve para contar con los dedos, que no es positivo ni negativo, par ni impar, imaginario ni primo…. Un número indivisible que no entra en categoría alguna.
EL CERO: una revolución en el pensamiento, un concepto matemático y filosófico que, sin duda, cambió nuestra percepción de la realidad y aceleró el avance del conocimiento.
Mira por dónde que ni los listos de los egipcios, griegos y romanos conocían el cero; la cuna de occidente utilizaba una aritmética parecida a un juego de palotes. Fueron los sumerios y los astrónomos mayas, en ambos extremos del mundo, los primeros en utilizar el concepto de ausencia de número y representarlo con un símbolo en sus escrituras. Ambas civilizaciones perdieron el cero en la bruma del tiempo, sin dejar siquiera un halo de trascendencia.
Noticia de hoy: “Los matemáticos e informáticos indios conquistan Silicon Valley”. No es una casualidad, los arqueólogos confirman que las matemáticas en la India se iniciaron a principios de la Edad de Hierro para predecir los acontecimientos astronómicos. Mientras en occidente algunos nos dábamos aún con la cachiporra, los indios dejaban manuscritos con ecuaciones lineales de cinco incógnitas, ahí es nada.
Pero volvamos al cero. Su inventor fue el matemático Brahmagupta, director del observatorio astronómico más importante de la India en los albores del siglo VII. En el año 628 definió así el concepto: “el cero es el resultado de restar un número a sí mismo”. Grandioso.
Las obras de Brahmagupta están escritas en verso con rima asonante, para ser cantadas y recitadas en la línea más pura de la tradición oral. En su libro La apertura del Universo (esto sí es un título), el matemático elucubró lo siguiente:
- Cualquier número multiplicado por cero es cero.
- Cualquier número elevado a cero es la unidad.
- Cualquier número dividido por cero es INFINITO, ¡INFINITO! (Nota: esto lo dejamos para otro día)
Mi caso es grave. Hice Ciencias puras y utilizo la calculadora del móvil para cualquier cuentecilla. En cuanto a matemáticas se refiere, soy un auténtico cero a la izquierda.
9 Comments
Genial entrada! Estábamos esperando que volvieras… para aprender y divertirnos. ?
Gracias Paqui. Comentarios como el tuyo animan a seguir llenando el blog de contenido. Un abrazo!!!!
Manejas la calculadora,
Pero no usas el cero,
Eres buena escritora,
Nadie te pone un pero,
Eres ave voladora?
No hay cero que valga,
Si no tiene el uno al lado,
Igual que la mujer y su nalga,
Y el bruto que la ha dejado,
Hasta que otra historia le salga
Gracias, rosa. Sigue ahí. Eres un cero a la derecha y una científica a la izquierda!.
Ufff, que interesantes (y profundos, y poéticos) comentarios. Yo me quedo con que eres un cero a la derecha de un uno.
Magnifico artículo Rosa, mi felicitación por hacerme pensar sobre muchos cálculos matemáticos y físicos y… ahora, disculpa si me pregunto sobre las hormigas:
¿Cuántas ecuaciones físicas y matemáticas tiene que resolver constantemente el “cerebro de una hormiga” para mantener el equilibrio… transportando con sus mandíbulas, un volumen descomunal e irregular del 30 % superior a su cuerpo?
En movimiento (no uniforme) intermitente y distinto… sobre seis apoyos)
• Y esto, suponiendo que nunca ha ido a la escuela ni estudió matemáticas el himenóptero elemento… ja ja
Abrazos desde mi ignorancia….
David
Gracias David.
Uffff, lo de la hormiga da para toda una tesis doctoral. Es curioso que, en la naturaleza, los animales más pequeños son los más fuertes. Tus comentarios si que hacen reflexionar.
Al igual que a la erudita autora de este pasaje, tengo que confesar que casi todos los conocimientos matemáticos que adquirí, como de estudiante de ciencias puras, han sido multiplicados por CERO. Qué paradoja! Trata de multiplicar CERO por CERO!
Podría afirmarse que UNO (o sea, yo mismo elevado a CERO) ha pasado a ser un CERO a la izquierda…Nada? Diantres! Vamos de mal en peor.
El sabio Brahmagupta vino en mi auxilio y se le ocurrió pasar al juguetón CERO a la derecha. Aquí sí que se estaba mucho más a gustito. Lástima que la hacienda pública y los bancos se apropiaran de la idea a la hora de impuestos e hipotecas.
Siempre me quedaba el consuelo de ahogar penas con unas copas, pero… tuvo que salir el listillo de turno a ofrecer unas tales CERO & CERO.
Rosita, lo del INFINITO mejor dejarlo estar, porque con el CERO todo, o nada, es empezar y no acabar.
Molt be, poc a poc…
Besitos