Cajón "desastre"

Voladura navideña

22 diciembre, 2016

Todo listo para el espectáculo. He colocado las cargas minuciosamente después de repetir los cálculos una y otra vez. En los pilares centrales del aparcamiento he dispuesto la mayor, incluso he sobredimensionado los cartuchos para que la estructura colapse como lo hace el silencio al acabar la noche. Ayer me montaron en el pueblo una fiesta monumental. En la entrada del bar colgaron un letrero enorme que decía: “El Petardos es de aquí”. Me dejé querer y abrazar por todo el mundo y hasta bailé un pasodoble con la bella Remedios. La alcaldesa había preparado un bonito discurso recordando el pasado minero del pueblo y relató las habilidades de mi padre con la dinamita. Los hombres de mi familia llevan generaciones venciendo el apego de la roca. También vino la maestra, y me dio un par de besos en las mejillas cogiéndome fuertemente de las manos; no quiero hacerme ilusiones pero he dormido con una sonrisa tonta toda la noche, como si fuera un muchacho.

La ciudad está al completo, y han llegado cientos de autobuses de los pueblos repletos hasta la bandera. Del mío no falta nadie, hasta El Genaro está aquí con la garrota arrastrando su siglo de vida. Ella también ha venido, está al otro lado de la barrera de seguridad pero sin acabar del todo de derribar la suya. En esta última mañana del año vamos a montar la marimorena y no me cabe la menor duda que enlazaremos con las uvas de la noche. Los vecinos han improvisado un palco de honor para los ancianos del barrio y las abuelas lucen hermosas con sus mejores alhajas. Hoy, ellos son las autoridades. Mientras mi voladura ha sido diseñada al milímetro, la chiquillería anda desatada con los bolsillos repletos de petardos para acompañarme en la detonación. La gente sabe muy bien que esta mañana hay algo más que va a saltar por los aires; no solo los problemas y dificultades que cada uno hemos ido arrastrando a lo largo del año, sino los cimientos de una estructura de poder que se olvidó de nosotros y que vamos a dinamitar.

La historia comenzó hace un par de años con una propuesta de la asociación de vecinos del barrio que se perdió, como tantas otras, por los vericuetos burocráticos de la administración. El edificio abandonado es un mastodonte de hormigón con cortinas de cristales marrones que reflejan, como una lente sucia, los cuatro puntos cardinales a los que se abría la antigua plaza. Tiene la edificación reminiscencias soviéticas y, desde su construcción (hace algo más de cuarenta años), ha sido objeto del desprecio de ciudadanos y visitantes, que jamás comprendieron su emplazamiento en el mismo corazón de la ciudad. Eran tiempos donde la fealdad y el mal gusto se asimilaron como símbolos de la modernidad.

Ante la inoperancia de la administración se constituyó una plataforma ciudadana que fue tomando músculo, especialmente al declararse independiente y sacudirse a los personajes políticos, de uno y otro bando, que pretendieron liderar la iniciativa. Inmediatamente aparecieron en los medios de comunicación los opinadores, demagogos e ideólogos oficiales, a los que hace algún tiempo la gente dejó de escuchar. Hubo incluso algún aprendiz de erudito que resaltó la ignorancia de los ciudadanos, evocando que las pirámides de Egipto tampoco fueron comprendidas en su tiempo. No se han enterado aún que la democracia otorga al pueblo el poder de equivocarse. Mientras los de siempre perfeccionaban el ya tradicional juego de tronos, en las redes sociales se iba encendiendo una mecha imparable que hizo, de aquella iniciativa de barrio, una causa común de la ciudadanía.

A partir de la primavera, cada domingo, la plaza se fue llenando de un alegre alboroto y el juego de los niños reemplazó al ruido de los coches. Los jóvenes se animaron a venir con la percusión y las guitarras, y los mayores les enseñaron que hasta el rap se puede bailar «agarrao». Para el mes de mayo, ya había disputas en los cuartelillos para quedarse con las guardias del domingo y se veía a los cuerpos de seguridad mover los pies al ritmo de la música. Los inmigrantes se unieron a principios del verano, con cestos de dulces y golosinas para compartir; los lunes de madrugada aún perduraban los aromas exóticos de sus países en el aire de la plaza. La traca final llegó poco antes del inicio del otoño, con la cuantiosa donación de un vecino que hizo las américas en su juventud. La Comisión Vecinal del Después decidió reconstruir el jardín primitivo de macasares y recuperar la plaza para el goce y la parsimonia.

Los expertos han envuelto el edificio con una gigantesca tela rosa, que se inflará como un globo en el momento que apriete el botón. Durante unos segundos, una colosal medusa rellena de escombros se alzará sobre la plaza sin derramar una sola mota de polvo. En esta fría mañana de invierno se acabó lo feo y la gente suelta por fin el lastre de la indiferencia para que se eleve la belleza. La detonación va a ser de tal calibre que viajará como un eco hasta la Sala Dorada de Viena para unirse a los acordes del Concierto de Año Nuevo.

Nuestra particular Marcha Radetzky.

Me acerco al detonador…………

Preparados

Listos

¡Ya!

 

 

 

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12 Comments

  • Reply Antonio Rafael Parrilla Muñoz 22 diciembre, 2016 at 11:50 pm

    Mi querida Rosa… me has dejado mudo, estupefacto, sorprndido y con una picara sonrisa dibujandose en mi rostro, muy parecida a la que nos muestras en tu foto de perfil… y me haces pensar en lo que te habrá rondado por esa cabecita ..para dar forma a este magnifico relato, que has formado ,como decirlo…de la nada. . En fin que tendré que volver a leer mas despacio esta intrigante historia de la que no he podido apartar la mirada y mi interés , hasta que tú magistralmente has dicho «ya» … te juro que nunca esperaba este soberbio final .

  • Reply Rosa María Mateos Ruiz 23 diciembre, 2016 at 10:44 am

    Ja,ja,ja, gracias Antonio. Sí, esta entrada tiene pinceladas revolucionarias. A finales de año siempre hay que hacer una voladura personal y sacudir todo lo feo para que el futuro entre libre de obstáculos. Dinamitar de vez en cuando es muy saludable.
    Un fuerte abrazo y no tengo suficientes palabras para transmitirte mis mejores deseos y felicidad.

  • Reply carme 23 diciembre, 2016 at 5:30 pm

    QUÉ MUJER MÁS COMPLETA ERES, HIJA!

    • Reply Rosa María Mateos Ruiz 23 diciembre, 2016 at 6:05 pm

      Olé!!! Te declaro oficialmente abuela del año, siempre tienes un piropo para todos. Molt d´anys Carmeta

  • Reply Dora 23 diciembre, 2016 at 5:34 pm

    Tenemos en Palma un monumento en Sa Faixina que podría ser el siguiente turno. Ningún político se atreve, asi que ¿cómo podríamos ponernos de acuerdo con el Petardos?
    Buen relato de final de año revolucionario.
    Un abrazo!

    • Reply Rosa María Mateos Ruiz 23 diciembre, 2016 at 6:07 pm

      Sí, ése ya está en capilla. Podemos hacer una voladura con nocturnidad y alevosía. Mira que es feo también ese edificio, y está declarado BIC, me parto……
      Viva la R-evolución.
      Feliz año y ya tengo «Massa mares per un fill» en las manos.

  • Reply victor 26 diciembre, 2016 at 12:46 pm

    ¡Qué bonito Rosa! Es un relato que me da la impresión que al leerlo, se convierte en millones de relatos, que se personaliza en función de la mirada y el sentimiento del lector, cada uno con su edificio, cada uno con su botón detonador y cada uno con su expresión espontánea y ansiosa al apretarlo, ansiosa por que sucedan cosas diferentes. Apoteósico final, gracias por regalarnos la belleza. La medusa es un regalo para todos, para compartir.

    • Reply Rosa María Mateos Ruiz 27 diciembre, 2016 at 4:31 pm

      Qué bien resumes el contenido de esta versátil entrada. Eso es, a volar y a sacudirnos todo aquello que nos hace infelices y que se alcen las medusas de color rosa.
      Buen año, buena vida

  • Reply PAISAJES DEL AGUA 27 diciembre, 2016 at 7:58 pm

    Rosa, ándate con cuidado con estas entradas revolucionarias, donde hablas de voladuras, cargas, dinamitas…que el big data acecha y no perdona, que el poder tiene los tentáculos muy largos y las máquinas que procesan la información no entienden de sutilezas, humor, dobles lecturas y todas esas lindezas.
    Y por cierto, en el artículo anterior ponías el foco del big data en el consumo. Me temo que siendo verdad, los que mandan no se están tomando tantas molestias para vender más coches o cremas antiarrugas. En el fondo (y en la superficie) lo que subyace en toda es la necesidad de atarnos en corto, de manejarnos, der no dejarnos salir del redil de los borregos. Así es que cuidado con las revoluciones, no corren buenos tiempos para ellas, nos tienen controlados, y a mí también por haber hecho esa entrada antisistema.

  • Reply Rosa María Mateos Ruiz 27 diciembre, 2016 at 8:17 pm

    Qué razón tienes amigo Antonio. El Big Data no tiene sentido del humor, ni entiende de sarcasmos. Ahora bien, hay que jugársela. ¿Y si volamos también por los aires el Big Data?

  • Reply HOMO SAPIENS "CANIJUDIENSIS" 30 diciembre, 2016 at 12:19 am

    “En esta fría mañana de invierno se acabó lo feo y la gente suelta por fin el lastre de la indiferencia para que se eleve la belleza”.

    Estimada bloguera, no es corriente que lo “subversivo” llegue a ser narrado con tanta pasión y delicadeza.

    Le confieso que en estas fechas, no siempre del todo digeribles, su atípico relato navideño ha irrumpido como un soplo de esperanza que, como deseable ficción hecha realidad, no puede más que hacernos reconciliar con el género humano. Con reconocida poca objetividad me atrevo a piropearla a usted por su habilidad narrativa, su hermoso relato, el variopinto elenco de personajes que lo protagonizan (la ciudadanía pura y dura, cuyas sensatas iniciativas tanto miedo suelen dar a aquellos que dicen representarles), y el fin último de la osada y singular iniciativa que les une y da sentido.

    Alguno de sus replicantes le previene contra los vigilantes ojos del Big Data, pero quizás es dicho ente abstracto el que debería temer la próxima iniciativa de “La Comisión Vecinal del Después”. ¿No le parece?…Creo que las redes sociales ya se están inundando de propuestas al respecto.
    Moltes gràcies pel seu relat.
    Parafrasejant aquella beata política escandalitzada al confondre en una Cavalcada de Reis la pompa i el boato amb la màgia i la il•lusió:
    «Mai li estarem prou agraïts per tot el que ens aporta i ens fa sentir Rosa Maria Mateos. Mai».
    Una cordial salutació i desitjos per a tothom de pau i solidaritat a l’any entrant.

  • Reply Rosa María Mateos Ruiz 30 diciembre, 2016 at 4:31 pm

    Pues sí, que algunos empiecen a temer a la «Comisión Vecinal del Después» porque eso quiere decir que «el antes» ha triunfado. Más ilusión y menos conformismo, porque todo se puede cambiar …….. si queremos.
    Molt d´anys !!!!

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