Los hermanos Aquiles y Homero esperan cada tarde la llegada del vapor procedente del Golfo Sarónico, donde el Pireo se abre al mar para que uno pueda elegir entre el averno o el paraíso. Ellos optaron por el paraíso, de forma azarosa, al nacer en este rincón del Egeo que surgió de los rugidos de un volcán prehistórico.