Al Maestro Lorenzino le dan por loco en el pueblo. Dicen que tiene la cabeza llena de pájaros y que todos sus inventos son descabellados. Corre la leyenda de que desciende de un hijo ilegítimo del mismísimo Marconi, que se encandiló de una muchacha de la comarca tras una de sus demostraciones radiofónicas. A diferencia del tatarabuelo, el Maestro Lorenzino no busca la notoriedad, sino elucubrar artefactos que generen sensaciones agradables y hagan más feliz a la gente. El único que valora el talento del Maestro es Tomassino, el tonto del pueblo, que le sigue a todas partes como un perrillo faldero.
Intente nombrar la nada, el vacío, aquello que no existe. Imagine cómo representar la ausencia. Piense ahora en un número que no sirve para contar con los dedos, que no es positivo ni negativo, par ni impar, imaginario ni primo…. Un número indivisible que…