No hay en la ciudad una persona más sociable que Federico Zacatín. Es poner un pie en la calle, y no da el hombre abasto con tanto saludo y conversación. Don Federico regenta con su mujer, la Puri, un puesto de pescado en el mercado de San Agustín, que tiene como reclamo el siguiente slogan:
Aquí compran las mujeres
que cortan el bacalao