No conozco a nadie que presuma de tener tiempo libre y disfrute del placer de perderlo. Nos saturamos de ocupaciones varias que nos llenan de orgullo, haciendo alarde de laboriosidad, actividad y frenesí. Los niños ya no saben aburrirse y los adultos les llenamos la agenda con actividades formativas que les deforman la infancia. Las consultas están llenas de estresados con problemas cardio-respiratorios, divanes con insatisfechos y niños con ansiedad.
Los manuales de salud, guías pediátricas, breviarios y compendios religiosos abominan de la «pereza»; uno de los siete pecados capitales que dicen, alimenta todos los vicios. La mayoría de las doctrinas concebidas por nuestra especie consisten en transmitirnos sentimientos de culpa por los comportamientos más naturales, y atormentar así nuestra conciencia.
El diccionario está repleto de palabras como: vago, ocioso, holgazán, haragán, flojo, zángano, perezoso, etc., que ahora intuyo deliciosas. Como madre de tres adolescentes recupero el uso cotidiano de la palabra «gandul», con el convencimiento que perder horas mirando las musarañas es parte del aprendizaje propio de esta edad.
Refugiarse en la pereza nos enfrenta a nosotros mismos, invita a la reflexión, a la maduración de las ideas, y a establecer prioridades. La holgazanería alimenta el buen carácter e incrementa los índices de felicidad. Los clásicos ya apuntaban que el conocimiento requiere desocupación. La creación artística y la inspiración científica surgen de la inactividad, de esos momentos lúcidos donde la mente está limpia.
Uno de los mayores perezosos de la historia fue Isaac Newton, al que sus maestros calificaban de vago irrecuperable. Su venganza fue magnífica: establecer las leyes del movimiento……… olé.
7 Comments
ABSOLUTAMENTE de acuerdo. Nuestro amigo Rafael es un confeso de esa filosofía, el movimiento slow
Pásale el link a nuestro amigo Rafa, un padre y maestro de la filosofía.
Gracias
Atempera el genio,
usando la pereza,
activa el ingenio,
y tómate una cerveza,
con la gente de tu gremio
Siempre preferí ser cigarra, pero eso se pagaba con desprestigio. ¡Qué maravilla tumbarse en el suelo en las noches de verano y simplemente mirar las estrellas y dejar volar la imaginación!¡O tumbarse en una hamaca a la sombra del almez y adivinar pájaros entre ramas!. Como tantas y tantas veces estoy de acuerdo contigo, Rosa. Sólo que tu lo dices mejor.
Estimada Carmeta,
Aquestes migdiades sota el lledoner a la riba del safareig. quins privilegis!
Rosa
Después de seguir las sabias recomendaciones de nuestra dicharachera exploradora literaria, he decidido desperezarme un poco y, pasados ya unos meses desde su publicación en este atractivo blog, por fin me animo a aportar mi minúsculo granito de arena al tema que se plantea en esta entrada: La pereza.
…
Ufff… Curiosas las musarañas esas…
…
Ufff… Nada, que la dichosa manzanita no cae, no!
….
Ufff… Decidido! No hagas hoy lo que puedas dejar para mañana!!!
PD. En homenaje a FELIPE, el soñador que todo niño tiene dentro. Quién no se ha reconocido alguna vez en este entrañable personaje creado por QUINO.
Adoro a Felipe, mi personaje favorito de Mafalda. Gracias Canijudiensis