El Ciudadano ilustre es una película argentina que no deja indiferente. Se trata de una comedia negra y satírica sobre los avatares que sufre un premio Nobel de literatura al volver a su pueblo natal en la Argentina profunda. Como trasfondo del argumento se muestra con mucha inteligencia la instrumentalización de la cultura, esa manipulación que algunos listillos hacen de las diversas artes para llevarse siempre el gato al agua. Un momento memorable de la película es el siguiente monólogo del protagonista: La mejor política cultural es no tener ninguna. Siempre se considera a la cultura como algo débil, frágil, como algo raquítico que necesita ser custodiado, protegido, promovido y subvencionado. La cultura es indestructible. Es capaz de sobrevivir a las peores hecatombes. Hubo una tribu salvaje en África en cuyo lenguaje no existía la palabra “libertad». ¿Saben por qué? Porque eran libres. Creo que la palabra “cultura” sale siempre de la boca de la gente más ignorante, más estúpida y más peligrosa. Yo personalmente no la uso nunca.
El tema tiene tela marinera, porque hemos pasado de una cultura manejada por las clases pudientes, las que se podían permitir cultivar el espíritu, a una cultura manipulada por la clase política, cuya lema emponzoñado es: «defender nuestra cultura«; es decir, la que a ellos les interesa. Siempre que alguien se exprese con la primera persona del plural, póngase en guardia. Hace algunos años fui con una compañera a solicitar apoyo logístico para un proyecto de divulgación científica. Nos recibió una directora general de cultura que no permitió siquiera que le mostráramos la idea, nos cortó inmediatamente con esta sentencia: «lo vuestro no encaja en lo nuestro«, y tuvo la gentileza de enviarnos al Instituto de la Mujer a probar mejor suerte. Se me quedó un «váyase a la mierda» atragantado en la garganta.
A pesar de la alfabetización plena de la sociedad, de la infinidad de medios de acceso a la cultura, seguimos con el «pan y circo» de los romanos. Los medios de comunicación se dirigen a los ciudadanos como si fuéramos tontos del culo, y se está cultivando una especie de regionalismo casposo para promocionar una «cultura popular» que otorgue al pueblo un sentimiento de pertenencia e identidad: Eres de los míos, perteneces a lo nuestro. La mejor arma de dominación consiste en igualar todo en la mediocridad y aplastar cualquier signo de inteligencia. Los «iluminaos» suelen valerse de la lengua y el lugar de nacimiento como valores supremos para la exclusión. El otro día me contó un amigo la vergüenza que vivió en un acto de homenaje a los maestros que se jubilaron durante el curso pasado. Lo celebraron en un lugar emblemático de la Ciencia, porque la puesta en escena es fundamental para los gabinetes de prensa. Toda una cohorte de delegados, consejeros y politicuartos le hizo cantar a los jubiletas, entre otras catetadas, el «Lalala» y el «Cuéntame» con un micrófono que hacía circular una bella señorita. Montaron un karaoke del IMSERSO para «honrar» cuarenta años de dedicación en las aulas. Algunos se marcharon, a sabiendas de lo contagiosa que es la estupidez.
La profundidad de pensamiento es directamente proporcional a la calidad y precisión del lenguaje. Últimamente el glosario cultureta se limita a unas cuantas expresiones y verbos de moda que tienen la virtud de no decir nada: «implementar«, «poner en valor«, «sinergias«, «consenso«, «reformas estructurales«, «empoderar» y el ya consabido «ciudadanas y ciudadanos«. El vocabulario politiquil se impone, y ya se escucha también en los círculos científicos. Otra manía que han adoptado los diversos regímenes es adueñarse de los artistas y de su obra. Juro que ya no puedo más con el adjetivo «lorquiano». Dios quiera que no encuentren el cuerpo del poeta, porque sacarán sus restos en procesión y aparecerán bajo palio los figurones que no le han leído jamás. A ver si se enteran que las obras de los artistas universales no tienen patria ni dueño.
Afortunadamente, hay multitud de pequeños oasis de creatividad en cualquier comunidad, por pequeña que ésta sea: bandas de música, grupos de teatro, coros, agrupaciones de baile, peñas gastronómicas, equipos deportivos, círculos de lectura, talleres de pintura, foros de cine, y un largo etcétera. Aunque no salen en los periódicos, muchos concejales (algunos sin sueldo) se desviven por traer aires nuevos a sus municipios. Las obras más innovadoras se ven hoy en los pequeños teatros de los pueblos, y apenas hay ya un núcleo rural sin una biblioteca bien nutrida. Quizás la cultura sea simplemente eso, momentos de felicidad -en soledad o compartidos- que te permiten entender el mundo de diferentes formas. También es cierto que la cultura sobrevive a las peores hecatombes, pese al miedo que transmiten sus defensores oficiales; vean si no al ciudadano ilustre de la fotografía, disfrutando del último refugio que le brindan las notas de su gramola.
Película: El Ciudadano ilustre. Dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn. Año 2016.
Fotografía © Joseph Eid. The music over the ruins of Aleppo.
24 Comments
Rosa, te ha faltado entre las expresiones el ‘como no podía ser de otra manera’ jjjjjjjj.
Nací en una humilde familia y por una enfermedad de mi padre tuve que ponerme a trabAjAr con 15 años, aunque siempre fue una apasionada de la lectura, sentía dentro de mi un enorme complejo por no tener una formación, así que después de casada puse todo el empeño en estudiar por la Uned, trabajando y estudiando, termine educación social con la ilusión de poder mejorar el mundo… idealizado completamente la formación y pensando que mágicamente mejoraba a las personas. Mi deseo de aprender no ha desaparecido sino que ha ido en aumento, pero mi búsqueda de ‘los sabios’ de encontrar de quien absorber ese ansiado ‘conocimiento -sabiduría’ …
la formación se ha convertido en un negocio, acercar la cultura, en ‘pan y circo’, lo que fomenta es que seamos GRANDES CONSUMIDORES que vayan detrás de lo último. El otro día en una reunión sobre ‘economía circular’ que se ha convertido en una directiva europea de obligado cumplimiento, se pretende volcar toda la responsabilidad en.los ciudadanos ¿Por qué no se legisla contra la obsolescencia programada? ¿Se derrumba la economía si dejamos de consumir?
Amiga Rosa me gusta tu protesta y la comparto.
«Como no podía ser de otra manera» tu comentario es brillante. Aún te admiro más por tu biografía. Magnífica tu aportación del consumo de la cultura, un aspecto que requiere una entrada por sí misma. Lo de la «Economía circular» me suena a otra palabreja bruseliensis, que no entiende ni «El Tato». Ya me la explicarás. Gracias Esther por compartir tus impresiones y disfruta de unas magníficas fiestas.
Por «muchos momentos de felicidad !!!!»
Un fuerte abrazo
Que sean muchos, sin sinergias ni puestas en valor; para éso estamos nosotras, que le damos valor a lo que sea.
¡¡¡¡Bon Nadal i molta sort pel 2018!!!!
Se podrían añadir a las frases hechas «emblemáticas» e «históricas»( de la Caída de Imperio Romano a «Operación Triunfo» hay poco trecho o ninguno.Da igual):
1.-Es lo que toca.
2.-Es lo que hay.
3.-Visibilizar.
4.-Proyecto ilusionante.
5.-Búsqueda de la Excelencia.
6. Apuesta por:
–
–
–
–
(Rellenar a discreción).
7. Fidelizar.
8. Tutear hasta morir.
8.Etc.
( Continuará…Seguro!).
Gracias por recordar y defender el papel de la cultura. La de verdad. Conocimiento, reflexión, crítica, sensibilidad, respeto, dignidad, inteligencia, compasión, admiración…. En fin…
Visibilizar y fidelizar……. tutear y twitear hasta morir. Me parto. Es el «tontunismo» al poder. Difícil quedarse al margen. La civilización del espectáculo, que decía Vargas Llosa. En el que, por cierto, el pobre hombre ha caído de pleno. Nunca digas de este agua no beberás……..
Gracias Rafa por esa retahíla de «palabros» que seguiremos incrementando en el llamado vocabulario «in» & «cool».
Amiga Rosa:
No quiero repetir mucho tus magnificas expresiones, no debo ampliar demasiado la sintesis tan puntual y acertada que haces de la situación actual; así que me limitaré a decirte simplemente que aquí tienes otro sufridor que se queda atónito (al igual que tú) con la marcha que en la actualidad ha tomado nuestra sociedad, la cual camina (si es que a eso que hace se le puede llamar así,caminar) hacia una balsa putrefacta , pero eso sí muy clarita y tranquila a nivel de foto, en superficie vamos( creo que nos entendemos).
Solo tocaré una palabra de las muchas que utilizas y te anticipo que ultimamente he tomado mania ( me salen hasta salpullidos) con algunas expresiones hipocritamente utilizadas por los «intelectuales de turno». Esa palabra es cultura y para mí es el poso que queda cuando nuestros mayores nos educan durante una buena parte de nuestra vida…, y me viene a la memoria la pelicula «La Misión» y una pequeña escena del final, cuando el casi adolescente «salvaje» que salva su vida en una pequeña piragua, toma de las aguas del rio un instrumento musical que flota a la deriva…, eso es cultura.
Felicidades por tan buen trabajo, y bienvenidos tus «tacos» y otras expresiones de tu magnifico caracter, que sin descuidar la pulcra presentación de tus ideas, dá un toque muy personal a todos tus escritos.
Un abrazo y feliz Navidad!!
Es la primera vez que pongo palabras malsonantes en el blog, pero es que no me quedaba más remedio; el tema me pone de los nervios, porque lo he vivido varias veces en primera persona. La mejor arma que tenemos es el humor, lo combate todo. Me ha gustado mucho la anécdota de La Misión, que no conocía, y me parece un final redondo. Cultura es también meditar y pensar sobre lo que vemos a nuestro alrededor, y opinar libremente sin ofender. Gracias Antonio, y mis mejores deseos para los días venideros.
Si, Rosita, que cansancio y que pereza con tanto personaje vivendo de la «politica» y de las frases hechas, o sea, de nada. Hay que echarle buen humor a los tiempos que nos han tocado vivir y tirar pá lante y a lo nuestro….»resilientes» .jeje , que se te olvidaba el palabrejo.
Ya estamos preparando las mesas para la cena de Navidad!! Deseando veros
Lo de «resilientes» es el acabóse. En mi esfera de trabajo están de moda los proyectos de investigación que tratan de la resiliencia a las catástrofes naturales. Aún no he sido capaz de entender de qué va el asunto. El término lo escucho 20 veces al día, cansino, cansino. Espero que, quién tú sabes, venga con el Pedro Ximénez a la cena. De lo contrario, de vuelta a su «resiliencia» jerezana.
La mediocridad y a nadie le interesas que leas, que generes tus propios pensamientos, sino formateados en pack básico de serie, a ritmo de reggeaton, que con 100 palabras “ todo queda claro”….
No des ideas, que nos preparan un «pack» cultural para las Navidades…….
Un abrazo.
Dear Rosa: tu lucidez es un rayo de luz en la niebla de mediocridad que nos rodea y nos ahoga. Por eso te auguro que jamás tendrás u obtendrás reconocimiento oficial, pero sí un grupo de apasionados lectores y seguidores. Espero sansioso tu próxima entrada.
Perdón, espero «ansioso». Es que siempre nos puede la prisa, cuando lo más bonito es expresar las ideas con calma y sosiego (y, ya puestos, haciendo un poco de caso al corrector ortográfico, que para eso está…)
Pues qué mejor reconocimiento que tener un grupo de apasionados lectores; no puedo tener mayor satisfacción. Gracias por estar ahí y un gran abrazo para ti.
Estoy totalmente en desacuerdo
Saludos
Maruka
¡¡¡Me encanta!!!! Una opinión en contra. Me gustaría mucho leer tus argumentos. Gracias.
Rosa
Es para debatir largo y tendido, mejor te tomas un avión y se vienen a la Argentina.
Ya recibirás más noticias de Maruka
Tu admiradora de cuatro patas
Por cierto, muy bello el poder leerte.
No me tiente que me voy para allá. Yo, por una discusión, me cruzo el Atlántico. Gracias Maruka. Me la imagino como un bello guanaco, por lo de las cuatro patas.
Rosa los esperamos, hace mucho que no vienen.
Y no tendremos discusión alguna, yo lo llamaría intercambio de opiniones
Guanaco no es, tendras mas noticias de Maruka
Fantástico artículo. No puedes tener más razón. Probablemente seamos, de toda la historia, la sociedad en la que más se ha expandido y «democratizado» el conocimiento. Sin embargo, éste se ha convertido en un instrumento de manipulación por parte de los políticos. Incluso me atrevería a decir que se ha convertido en un valor (entiéndase como moneda) para hacer sus chanchullos.
Ya que has sacado a Lorca a la palestra (el cual me produce ya una urticaria de aupa, el pobre, que no tiene culpa), la prueba está en el mastodonte que construyeron en pleno centro (el famoso Centro Lorca), que ha servido de arma arrojadiza entre administraciones por más de 10 años, y que sabe Dios cuántos millones han ido a parar a qué bolsillos.
En fin, el culturetismo y el gafapastismo nos invaden, y lo gracioso es que ni Pío Baroja ni otros tantos de su generación que le dan mil vueltas a los de ahora eran ni unos culturetas ni unos gafapasta.
Qué pereza da todo…
Lo de «gafapasta» no lo había oído, magnífico vocablo. Ahora también hay gente que hace muy buena literatura, pintura…… pero todo está mucho más amañado. Importa , por un lado, el beneficio económico, y el mantenimiento asegurado de la poltrona. por otro. Lorca tiene que tener un centro en Granada, eso es indiscutible, pero no este «tejemaneje» de su figura. No se lo merece.
entre CUÑÁ Y MARUKA debatimos sobre El Ciudadano Ilustre y nos quedaron muchas dudas, una se ellas que es para ti la Argentina Profunda
Pánico me dais las dos juntas. Para solventar la duda de la Argentina profunda hay que ver la película; es explícito y no requiere de literatura alguna.